miércoles, 13 de septiembre de 2017

Nota con relato incluido

El pasado 3 de julio, lunes, celebramos el XXX «Lunes Poético del “Atelier”» dirigido y amenizado por el incomparable Félix Martín Franco en la palabra y, en la música tuvimos –como siempre- el privilegio de escuchar las canciones a la guitarra de Javier Calle. En este encuentro, el último del, llamémosle, curso, hubo presentación de libro e, incluso, entrega de premio: el afortunado en recibirlo fue el poeta Antonio Ruíz Pascual por su dedicación, no faltar a ningún encuentro y tener siempre a punto sus obras, el premio consistió en un lapicero enorme, de al menos medio metro de largo y cuya circunferencia debe de ser tan grande como una moneda de dos euros. La verdad es que nos divertimos, cantamos, reímos y leímos las obras que forman parte de este nuevo «Cuaderno de Poesía y Palabra número 5 – SUMMER TIME – Verano 2017».
Participé, en esta ocasión, no con poesía sino con un relato breve inspirado en un hecho totalmente real. Algo que sucedió una mañana de verano de hará un par de años o tres. Cuando lo leáis sólo hay que cambiar al protagonista humano –Anselmo- por mí, casi todo lo demás es ciertoJ. Espero que os guste.

La autora, Juana Castillo Escobar
Madrid, 13-IX-2017



22-07-2015


MAÑANA DE VERANO


Mañana de verano. Plomiza. Calurosa. Un cielo lechoso cubre el sol; un sol ardiente que quema a pesar de su casi invisibilidad y del que huyen tanto animales como personas.
Encerrado en la casa, Anselmo, eremita forzoso en esas jornadas de calor asfixiante a causa de sus males, hizo de la terraza, años ha, su lugar de esparcimiento. Se trata del lugar que más le agrada de la vivienda, al que cuida como a un bebé, y que luce cuajado de macetas que dan un toque de color y, en ocasiones, frescor al ambiente.
Anselmo se encabalga las gafas oscuras a pesar de la escasa luminosidad del día porque, cualquier pequeño rayo de sol, le daña los ojos recién operados. Sale a la terraza, en el intento de tomar posesión de su lugar en la barandilla y, desde ella, tomar también el escaso aire que corre por las alturas en las que vive. Cuando sale ve que su sitio está ocupado por una paloma. Espero que sea la coja dice para sus adentros porque, si es otra, no le consiento que se tome estas libertades.
No le gustan las palomas, no es que le hayan hecho nada, pero las considera bastante sucias y, de vez en cuando, las tilda de ratas voladoras. Solo a la paloma coja le consiente muchas cosas: que duerma en el alféizar de la ventana, que beba agua de la que rezuma de las plantas y queda recogida en los platos que hay bajo los tiestos, que se aposente en su lugar predilecto en la barandilla y, se lo permite, porque le apena verla dar saltos sobre su única pata sana: la derecha. Culpa de que el animal esté en situación tan lamentable al humano que tiró su goma de mascar sobre la acera, o el asfalto, y la paloma lo pisó. La pata izquierda de su “amiga” es un muñón cerrado que de poco le sirve por eso, a ella, a la paloma coja, le consiente que se acerque tanto a su vida.
Anselmo observa desde la puerta al ave. Acurrucada sobre la baranda y casi cubierta por el toldo parece dormida. El hombre entra en la casa, se quita las gafas oscuras, toma el móvil y, en silencio, regresa al balcón y se acerca con sigilo a la durmiente que, al instante, abre el párpado y le observa. Anselmo le toma una primera foto…
La paloma, al escuchar el clic, levanta el ala izquierda, se despereza. Anselmo le toma otra foto. Suena otro clic. La paloma levanta las dos alas, abomba su cuerpo. Anselmo toma una nueva foto. Suena el clic pero la paloma ya no está en la barandilla… El hombre se queda solo rodeado de plantas y con las imágenes de su visita archivadas en el móvil.
Suena un trueno lejano, parece que un relámpago cruza el cielo… Después de meses regresa la lluvia: cae mansa, caliente y forma pompas irisadas al chocar contra el suelo. La tarde se prevé más calurosa aún que la mañana.



22-07-2015

Nota.- Este micro relato, inédito hasta ahora, forma parte del cuaderno o… ¿futuro libro? al que he titulado “In crescendo”.
Alguno de los híper breves sí aparecen publicados en el libro titulado: “Tusitala, el narrador”, junto a varios autores, así como en mi blog y en el blog de algún amigo.





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Presentación virtual de mi último libro: "Palabras de tinta y Alma"