Ellas ya no están aquí, tampoco los niños que vivieron aquella locura que fue la guerra... A pesar del tiempo continúan encaramados en mi corazón. |
HEROÍNAS ANÓNIMAS
JUANA CASTILLO ESCOBAR ®
Para la libertad
sangro, lucho, pervivo…
Miguel Hernández
Gilabert
A mis tías abuelas
Victoria y Cristina y a los niños:
Antonio, mi tío y, Milagros, mi madre.
Para
la libertad dieron su sangre,
heroínas
anónimas.
Tragaron
sus miedos frente al estallido de las bombas,
al
de la metralla, el tableteo,
a
las violaciones,
a
los saqueos,
a
los paseos nocturnos,
a
ser fusiladas sin razón ni juicio previo.
Dieron
su sangre, su amor y su tiempo
para
una libertad
que
intuían en sus sueños
de
vivir en un mundo en paz
sin
temores ni miedos.
Un
mundo en el que educar
a
dos niños hambrientos
de
escuela, de conocimientos, de pan…
que
alegrase aquellos días famélicos.
Heroínas
anónimas, quedó vuestro rastro
en
el amor y en el recuerdo que supisteis procurar
a
aquellos niños y a los que llegamos después.
Sábado, 29-II-2020 – 1,03 a.m.