Imagen obtenida en Internet
CALOR II
Juana Castillo Escobar ®
En la pesadez de la tarde, el rumor de las hojas movidas por la brisa trae y lleva los susurros de los viandantes. El calor es pegajoso y muy molesto. Busco un lugar en el que cobijarme. El resol es tan insoportable...
¡Ah, ya lo tengo! Vuelo hasta un banco a la sombra con la alegría de quien ha encontrado un lugar donde descansar. Me acomodo pero, cuando más tranquila me encuentro, aparece uno de estos gigantes de dos patas y, con una hoja de las que llevan bajo el brazo, la levanta con fuerza y la descarga sobre el asiento. Me deja totalmente aplastada en el banco.
Antes de expirar le oigo decir:
- ¡Maldita mosca, mira que estaba pesada!
Y yo le hubiera replicado de haber tenido tiempo para hacerlo:
- ¡Yo lo vi primero!
Domingo, 16-V-2010 – 21,20 p.m.
Re-corregido en esta fecha para ser publicado en Perlas de Luna
Juana Castillo Escobar ®
En la pesadez de la tarde, el rumor de las hojas movidas por la brisa trae y lleva los susurros de los viandantes. El calor es pegajoso y muy molesto. Busco un lugar en el que cobijarme. El resol es tan insoportable...
¡Ah, ya lo tengo! Vuelo hasta un banco a la sombra con la alegría de quien ha encontrado un lugar donde descansar. Me acomodo pero, cuando más tranquila me encuentro, aparece uno de estos gigantes de dos patas y, con una hoja de las que llevan bajo el brazo, la levanta con fuerza y la descarga sobre el asiento. Me deja totalmente aplastada en el banco.
Antes de expirar le oigo decir:
- ¡Maldita mosca, mira que estaba pesada!
Y yo le hubiera replicado de haber tenido tiempo para hacerlo:
- ¡Yo lo vi primero!
Domingo, 16-V-2010 – 21,20 p.m.
Re-corregido en esta fecha para ser publicado en Perlas de Luna
4 comentarios:
Genial darle voz a una mosca, que tenía todo el derecho de buscar sombra, un lugar lejano al horrible zumbido urbano y además ella lo había visto primero.
Felicidades. Maravilloso relato breve, que ciertamente lees muy rápido y quieres releer lentamente.
Te mando un abrazo desde el pegajoso calor de la Ciudad de México.
Tus micro-relatos tienen una chispa especial, Juana, éste me encanta. Un abrazo.
¡Pobre mosca! Besos. Merce
sabes que me encantan los hiperbreves, este es genial, me ha gustado mucho, y eso que esta noche no tengo la cabeza muy bien, pero me encantó, volveré a leerlo en cuanto me abandone este dolor de cabeza. Besitos.
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