martes, 29 de mayo de 2007

Manos: escultura y poesía

Después del amor, Lorenzo Quinn
MANOS
Juana Castillo Escobar

Manos amantes que acarician
Inundando el cuerpo de sensaciones.
Manos suaves de madre que guardan
Al hijo amado de infundados e inevitables temores.
Manos del recién nacido que buscan
El terciopelo de un cálido seno que es su cobijo y alimento.
Manos amables que ayudan
Al impedido, al herido, al anciano, al desvalido
A levantarse del suelo sobre el que han caído…

Frente a estas manos existen otras manos,
Garras,
Que amenazan, atenazan, amedrentan,
Empuñan las armas que nos matan.
¡Manos, siempre manos!
Manos de vida. Manos de parca…

Manos orantes piden al cielo que,
Tras el torrente de desdichas,
Nos envíe aguas mansas.

Manos que acarician, de madre, de infante,
De ayuda, de amante…
Manos que ensalzan al hombre.
Manos que salvan sin preguntar a quién,
Cuánto, cuándo ni dónde.
Viernes, 26 de Marzo de 2004 - 11,38 a.m.
Nota.- Este poema pertenece al cuaderno inédito titulado:
"Contigo somos tres, poemas para canciones 1",
y que está registrado en Madrid.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado el poema a las manos, es curioso, porque siempre que he visto las manos de Lorenzo Quinn, he permanecido un rato mirandolas, esta claro que a ti te han dicho muchas cosas bellas.
Besitos.

Presentación virtual de mi último libro: "Palabras de tinta y Alma"